Trauma Transgeneracional
Si te sientes abrumado, frustrado o simplemente insatisfecho con la vida en este momento, te invito a hacer una pausa y reflexionar.
Todos somos el resultado de las decisiones que hemos tomado. Y aunque la vida muchas veces nos entrega dolores que nunca pedimos, aún tenemos el poder de elegir cómo respondemos y qué legado dejamos.
El trauma transgeneracional es real.
A veces cargamos heridas que ni siquiera son nuestras, y sin darnos cuenta, las transmitimos. Pero podemos elegir diferente. Nuestros hijos merecen algo mejor que heredar un dolor que no provocaron.
Estar cerrado a las voces, necesidades o verdades de tus hijos también es parte del problema.
Cuando ignoramos o minimizamos lo que nuestros hijos intentan decirnos, repetimos los mismos ciclos que desearíamos romper. Escuchar (con apertura, humildad y amor) es uno de los pasos más poderosos hacia la sanación.
Tienes la fuerza para cambiar la historia.
Priorizar la salud mental, elegir crecer y enfrentar verdades incómodas no es fácil… pero sí es valiente. Y así es como comienza el cambio generacional.
Solo tenemos una vida. No dejemos que el dolor o el orgullo nos mantengan prisioneros. Elijamos sanar, asumir responsabilidad y conectar por nosotros, y por los que vienen después.
No estás solo. No estás roto. Y nunca es tarde para hacerlo mejor por ti y por ellos.
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