No soy el mala, nomás no me conoces

En el mundo de las redes sociales, una historia mal contada puede hacer mucho daño. Un comentario fuera de contexto, una versión incompleta, o simplemente alguien compartiendo “su verdad” puede distorsionar la realidad y pintarnos como algo que no somos. Lo más complicado de todo esto es que, en muchas ocasiones, no tenemos control sobre esas narrativas. Y cuando eso pasa, es fácil sentir rabia, frustración, o tristeza.

En la era digital, basta un post viral o una historia malintencionada para que nos conviertan, injustamente, en el “villano” de la película.

Si lo piensas bien, muchos de los villanos más conocidos de Disney no comenzaron siendo malvados por naturaleza. Pensemos en Maléfica: una mujer poderosa que fue traicionada, excluida, y demonizada por proteger lo que era suyo. ¿Y Úrsula? Inteligente, astuta, pero rechazada del reino. Incluso Scar, con todo y sus errores, actuó desde un lugar de resentimiento y abandono. ¿Justificamos sus actos? No. Pero ¿podemos entender por qué actuaron como lo hicieron? Tal vez.

Lo interesante es que sus historias no nos las contaron desde su punto de vista, sino desde la óptica del héroe. ¿Qué pasaría si se hubieran contado de manera distinta?

Del mismo modo, cuando alguien cuenta nuestra historia sin contexto, puede convertirnos en el antagonista de su versión de los hechos. Y eso, aunque no sea cierto, afecta nuestra salud mental: nos sentimos incomprendidos, señalados, e incluso llegamos a dudar de nuestra propia verdad. 

Contar nuestra versión no es una necesidad de justificarlo todo ni de convencer a los demás. Es un acto de autocuidado emocional. Cuando eliges narrar desde la honestidad, con claridad y desde tu verdad, estás protegiendo tu integridad y, sobre todo, tu paz mental.

No puedes controlar todo lo que otros digan sobre ti. Pero sí puedes decidir qué historia te cuentas tú mismo. ¿Te vas a creer lo que dijeron los que no conocen tu proceso? ¿O vas a reconocer tu esfuerzo, tus límites, tus errores y también tu crecimiento? 

Y que pasa si ya te pintaron como villano...

Primero: respira. No tienes que corregir cada malentendido ni pelear cada batalla en internet. A veces, lo más sabio es observar, soltar y seguir. Otras veces, sí vale la pena hablar, aclarar y poner límites.

Aquí algunas ideas para cuidar tu salud mental cuando esto sucede:

  • No todo merece tu energía. No tienes que probar quién eres todo el tiempo. A quien realmente le importe, te conoce más allá de un chisme.

  • Cuenta tu historia con calma. Si decides hablar, hazlo desde la reflexión, no desde la reacción. No se trata de “ganar” una discusión, sino de compartir tu perspectiva con integridad.

  • Reconoce tus emociones. Que te pinten como el malo duele. Y es válido sentirse así. Nómbralo, siéntelo y trabaja en ello. No lo ignores.

  • Busca espacios seguros. Habla con alguien de confianza o un profesional que te ayude a poner en perspectiva lo que estás viviendo. Tu salud mental merece acompañamiento.

  • Recuerda que tu valor no depende de la versión de otro. Tu historia es mucho más que un capítulo mal contado.

No todas las historias necesitan héroes y villanos. A veces, solo somos personas lidiando con nuestras propias heridas, tratando de hacerlo lo mejor posible. No dejes que la narrativa de alguien más te quite la oportunidad de sanar, crecer y ser fiel a quien eres en realidad.

Tú eres el autor de tu historia. Así que cuéntala con verdad, con amor propio y sin miedo.

Disclaimer: Este artículo es solo para fines informativos y de reflexión personal. No sustituye el acompañamiento profesional. Si estás enfrentando una situación difícil, considera buscar apoyo con un terapeuta o especialista en salud mental. Tu bienestar emocional es importante y merece atención.

Comments

Popular posts from this blog

El Peso del Tiempo: Cuando la Carga Duele Más que el Problema

Cuando Selena Te Sana: El Poder de la Música Nostálgica (y Por Qué Está Bien Llorar Bailando)

When Selena Heals You: How Nostalgia Music Hits Different (and Why That’s Okay)