Mi nombre es TERESITA, no Teresa, y no me cansaré de corregirlo
Nunca me cansaré de corregir a las personas cuando me llaman "Teresa". Sé que es un nombre común y que lo hacen con buena intención, pero hay algo en eso que simplemente no me queda. Mi nombre es TERESITA, y no es solo una pequeña variación, es una parte importante de quién soy. Es como una firma única que me pertenece y la defenderé siempre, no importa cuántas veces tenga que corregir el error.
La gente siempre parece equivocarse, aunque intento dejar claro desde el principio cómo me llamo. Y cuando lo hacen, no puedo evitar sonreír, tal vez con un pequeño suspiro juguetón. Porque seamos honestos, corregirlos nunca me aburrirá. Siempre lo hago con sentido del humor, sabiendo que eso es parte de la experiencia humana. Todos cometemos errores, ¿verdad?
De hecho, me hace gracia que las personas a veces intenten justificar el error, diciendo: "Oh, pero Teresa es mucho más común". Bueno, no me molesta, pero mi nombre es TERESITA, y no voy a dejar que nadie lo cambie. Es como si pensaran que saben mi nombre mejor que yo, pero seamos sinceros: yo sé cómo me llamo.
Y si tienen dudas, pueden hablar con mi mamá. Puedo casi asegurar que ella no será quien cometa ese error. Claro, ella podrá haber cometido algunos errores en su vida (¿quién no?), pero sabía perfectamente cómo llamarme. Así que no se molesten en intentar convencerme de lo contrario, me llamó TERESITA por una razón. Es un nombre con historia, significado y relevancia. No es una simple alteración de algo común. Es el mío.
Así que la próxima vez que piensen en llamarme Teresa, recuerden: solo hay una versión correcta de mi nombre, y es TERESITA.
Y no se sientan mal si se equivocan, pero no se sorprendan cuando sonría y les recuerde amablemente: es TERESITA, con mucho orgullo.
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