Cuando el Pensamiento Positivo Se Vuelve una Excusa
Vivimos en un mundo que constantemente nos dice que todo es posible si lo deseamos con el corazón. “El universo conspira a tu favor”, “todo pasa por algo”, “si lo imaginas, lo logras”. Son frases que suenan bonitas, positivas, hasta esperanzadoras. Y sí, a veces ayudan… pero ¿qué pasa cuando esa esperanza se convierte en una trampa para nuestra salud mental?
Aquí es donde entra un concepto que quizá suene sarcástico, un poco grosero, (mil disculpas), pero real: el pensamiento mágico pendejo.
¿Qué es el pensamiento mágico pendejo?
El pensamiento mágico no es nuevo. En psicología, se refiere a la creencia de que nuestros pensamientos o deseos pueden cambiar la realidad, sin una base lógica. Es común en la infancia, cuando aún creemos que si cerramos los ojos y pedimos algo con fuerza, va a suceder.
Pero la versión pendeja de ese pensamiento aparece cuando, como adultos, nos aferramos a ideas ingenuas que nos hacen sentir mejor, pero nos impiden actuar. Frases como:
– “Si lo deseo con todo mi ser, va a pasar”
– “El universo me lo va a mandar”
– “Si no sucede, es porque no era para mí”
Suena motivador, pero si no hacemos nada, nos estanca. (Piensale!)
¿Por qué esto afecta nuestra salud mental?
En mi queridisima y amada comunidad mexicano-americana del valle de Tejas (y quizas en otras partes del mundo), muchas veces crecemos con la idea de que tenemos que ser fuertes, seguir sonriendo, aguantar. Esa presión de “echarle ganas” a todo puede llevarnos a ignorar nuestros problemas reales y refugiarnos en la falsa esperanza de que “el universo lo va a arreglar”.
El problema es que este tipo de pensamiento lleva a la procrastinación, a la pasividad… y después, a la frustración. Y cuando eso pasa, podemos sentirnos confundidos, culpables, e incluso pensar que algo está mal con nosotros. Eso afecta nuestra autoestima, aumenta la ansiedad y hasta puede llevarnos a la depresión.
Lo digo porque lo viví...
Y lo comparto no para ofender a nadie, sino porque yo también me lo creí. También pensé que si esperaba lo suficiente, las cosas cambiarían solas. Pero aprendí (a veces a la mala) que no es así.
No escribo esto desde un lugar de superioridad. No me creo más ni menos que nadie. Solo quiero que mi comunidad despierte, que aspire a más, que deje de normalizar el estancamiento disfrazado de "que sea lo que Dios quiera". (¿De verdad crees que Dios quiere que te quedes sentado(a) esperando a que la vida te pase, sin mover un solo dedo, solo por aferrarte a una esperanza mal entendida?) Veo a muchas y muchos jóvenes atrapados en ciclos de pensamiento que aprendieron sin cuestionar, y que los están deteniendo en su crecimiento.
No son consejos, son semillitas. Cada quien decide si las riega.
¿Cómo soltar el pensamiento mágico sin perder la esperanza?
No se trata de dejar de soñar, sino de combinar los sueños con acción. Aquí algunas ideas para empezar:
Reconoce lo que sientes. Tristeza, miedo, enojo… todo eso es válido. Sentir no te hace débil. Nombrar lo que sientes es el primer paso para sanar.
Actúa, aunque sea poquito. Un paso pequeño es mejor que quedarte esperando el milagro. Haz lo que puedas con lo que tengas.
Hazlo con propósito. Tus acciones deben reflejar lo que tú valoras, no lo que otros esperan de ti. Sé fiel a tus metas reales.
Cambia la historia que te cuentas. Deja de esperar a que llegue “el momento perfecto” o “una señal”. Tú eres esa señal.
Busca ayuda si la necesitas. Hablar con un terapeuta no es debilidad, es autocuidado. No tienes que cargar con todo solo(a).
El pensamiento mágico pendejo es una forma de autoengaño disfrazada de optimismo. Puede darnos consuelo momentáneo, pero no resuelve nada. Y tú mereces algo mejor que eso.
Mereces acción, mereces claridad, mereces avanzar.
Así que sueña, sí. Pero también muévete!!!!
Cuida tu salud mental como cuidas tus sueños: con atención, con amor, con verdad.
Disclaimer: Este texto tiene fines informativos y de reflexión personal. No es consejo profesional. Si estás atravesando un momento difícil, por favor considera buscar el apoyo de un terapeuta o profesional en salud mental. Tu bienestar emocional es valioso y merece ser atendido con el respeto y la ayuda adecuada.
Comments
Post a Comment