Aléjate de quienes te ignoran hasta que te necesitan
Hay personas que solo aparecen cuando algo les conviene, cuando necesitan un favor, un contacto, una solución. Durante el resto del tiempo, su presencia es un eco lejano o un silencio constante. Y aunque al principio puede doler, con el tiempo uno aprende: no todo el mundo merece un lugar en tu espacio emocional.
Alejarse de quienes te ignoran hasta que te necesitan no es egoísmo, es autocuidado. Es entender que tu energía, tu tiempo y tu atención son valiosos. No estás obligado a estar disponible para quienes solo te buscan por interés, y mucho menos a justificar tu decisión de poner límites sanos.
Este tipo de relaciones, ya sean amistosas, familiares o laborales, se sustentan en la conveniencia, no en la conexión genuina. Y ahí es donde radica el problema: cuando el vínculo se basa en la utilidad, el afecto se vuelve transaccional, y tú te vuelves prescindible hasta que de nuevo eres útil.
Elige rodearte de personas que te reconozcan incluso cuando no estás resolviendo nada, cuando no estás dando, haciendo, ayudando. Aquellos que te valoran por quien eres, no solo por lo que puedes ofrecer.
Porque al final, mereces relaciones recíprocas, reales, donde el cariño no dependa de la necesidad, sino de la presencia constante.
Las cosas como son.
Comments
Post a Comment