¿A dónde va el duelo?
No superamos el duelo; crecemos a su alrededor, construyendo una nueva vida con el amor que permanece.
El duelo no es algo que se deja atrás o que desaparece con el tiempo. Se queda con nosotros, transformándonos. El dolor puede suavizarse con el tiempo, pero el amor que lo causó nunca se desvanece.
No olvidamos. No seguimos adelante como si nada.
Lo llevamos con nosotros, en silencio, a veces con fuerza, y construimos una vida alrededor de él. Una vida que aún siente, que aún sueña, que aún honra.
A quienes están atravesando un duelo: no están solos.
No hay un plazo, ni una forma “correcta” de sanar. Tómate tu tiempo. Siente todo lo que necesites sentir. Y recuerda que el amor sigue vivo dentro de ti.
A través de mi propio duelo, descubrí algo inesperado: una pasión por acompañar a otros en sus propios caminos. Apoyar a quienes están sanando se ha vuelto parte de mi propia sanación. Y en ese espacio compartido, he encontrado propósito, conexión y esperanza.
Si estás pasando por un momento difícil, te veo. Estoy aquí.
Comments
Post a Comment